lunes, diciembre 24, 2007

E. Wong

Todo comenzó cuando la E de Wong desapareció de la fachada de las tiendas y de los stickers con optimismo. Ya se podía presentir que se acercaban nuevos tiempos, cambios inevitables, pero a la vez positivos, ya que uno nunca desconfiaría de alguien o algo que te ha hecho sentir tan bien. El feeling que uno sentía cuando se encontraba al interior de uno de sus locales, se quedaba impregnado en las bolsas de plástico que se llevaban a casa y luego se usaban para otros enceres.
.
Las clásicas degustaciones domingueras, los hombrecitos de rojo con gorritos graciosos, teleticket, los globos aerostáticos sobre el techo y muchos detalles más, ahora, ya no tienen ningún sentido.

Hace algún tiempo, en uno de esos seminarios de publicidad, en donde uno siente que aprendió un poco, pero no sabe exactamente qué, mencionaron la palabra lovemark, y una de las empresas que merecidamente se hizo acreedora a dicha característica era E.Wong. En pocas palabras, un lovemark se describió como una marca comercial de la que uno ya no podía prescindir, pues había creado un link emocional con su mercado objetivo. Una marca que había crecido con nosotros, desde que era una humilde bodega hasta los majestuosos corsos de estos días, no podía ser otra cosa que un lovemark. Es por eso que asentí automáticamente cuando E. wong se presentó como un ejemplo digno de un lovemark peruano.

Ahora reniego de esa afirmación, la invalido totalmente y, posiblemente- ojalá que así suceda- deje de ser un lovemark para todo peruano.
¿Cómo uno puede seguir queriendo a una novia que lo traiciona por otro con más dinero? No se puede, o al menos no sería saludable hacerlo. ¿Cómo uno puede seguir considerando a Wong como suya, cuando se vende por un plato de lentejas? Los colores de ese nuevo supermercado, que no volveré a considerar E. Wong, ya no deberían ser más, los colores de la camiseta peruana, que aunque pierda mil veces, seguirá siendo nuestra, a menos que también algún día se la regalen a cualquier hijo de vecino.

Q.E.P.D
E. Wong